Mujer de 34 años, obrera, que acude a la consulta por presentar dolor en la porción lateral de la mano derecha. Sin antecedentes de importancia. En el interrogatorio refiere que el dolor es quemante, se presenta poco tiempo después de iniciar su trabajo y también por las noches (la despierta), y se irradia hacia los dedos y el antebrazo. El dolor empezó, aproximadamente, hace 6 meses, y su frecuencia e intensidad se han incrementado, agregándose paresia en la mano derecha. En la exploración física se observa una leve disminución de volumen de la eminencia tenar en la mano derecha (al compararla con la mano izquierda), y la piel se nota “delgada y brillante”. Al explorar sensibilidad, se identifican parestesias en la porción lateral de la cara palmar de la mano y los primeros tres dedos, inclusive en la cara dorsal del extremo distal de los dedos antes mencionados. Se lleva a cabo la prueba de Tinel, que consiste en percutir sobre la muñeca en el sitio donde se localiza el nervio mediano, la cual fue positiva. También se realiza la prueba de Phalen, que radica en flexionar la muñeca y oponer los dorsos de las manos en la línea media para despertar dolor, y fue positiva. Además, se solicita una prueba de electroconducción del nervio mediano, en la que se colocan electrodos en la mano y la muñeca, se aplican pequeñas descargas eléctricas y se mide la velocidad de conducción, la cual muestra una disminución en la velocidad de conducción. Se decide realizar tratamiento quirúrgico, para lo cual se anestesia de forma regional y se procede a seccionar el retináculo flexor para liberar la presión sobre el nervio mediano.