Paciente masculino de 42 años es llevado a la consulta de urgencias por un familiar al notar que el paciente tiene alterado el estado de la conciencia. Al interrogar al familiar sobre el inicio de estos síntomas responde que el paciente ha sido diagnosticado con cirrosis hepática hace 5 años. Menciona que inició el consumo de alcohol desde la adolescencia, donde el consumo era solamente los fines de semana, hasta que en los últimos años consumía alcohol a diario. En el interrogatorio intencionado, el familiar refiere que el paciente ha tenido algunos episodios de hematemesis, melena y rectorragia, así como pérdida de peso. A la exploración física, el paciente muestra una edad aparente mayor a la cronológica, pigmentación ceniza de la piel, escleróticas ictéricas, telangiectasias en rostro, hipertrofia parotídea bilateral, dilatación de la red venosa colateral en tórax y abdomen y signo de la “cabeza de medusa” en la región umbilical. A la palpación se encuentra el abdomen globoso, suave, a expensas de líquido libre en la cavidad peritoneal (ascitis), y hepatomegalia. Debido a la presentación clínica del paciente, se decide realizar una paracentesis e ingresar al paciente para su manejo.